Confianza en sí mismo ¿Cómo la desarrollo?
17 de febrero de 2021En el trascurso del día pensamos muchas cosas, decimos otro tanto y hacemos otras, lo importante es que, entre lo que pensamos, decimos y hacemos, exista una mínima coherencia que dé valor a la actividad que se desarrolla.
Cuando nos expresamos también es válido este principio. Lo que hablamos tiene que tener coherencia, para que nuestros interlocutores o audiencia entiendan claramente lo que estamos hablando. Por tanto, la coherencia es una concordancia entre lo que pensamos, decimos y hacemos.
La coherencia en la comunicación es un factor decisivo. Muchos mensajes pierden su eficacia, no resultan creíbles o confunden a nuestros oyentes porque la manera en que transmitimos, los movimientos corporales o el tono de voz no son los correctos. Por ejemplo, no podemos estar dando una presentación de éxito personal con un lenguaje corporal triste y desanimado. La actitud cuenta y mucho.
Si no existe una coherencia entre lo que decimos, la posición y uso del cuerpo en el momento de decirlo y nuestro tono de voz, el mensaje llegará de una forma confusa y distorsionada.
La persona que se comunica asertivamente expresa con claridad lo que piensa, siente o necesita, teniendo en cuenta los derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores. Este es un elemento clave al momento de exponer un tema, sea una presentación de trabajo en tu empresa, la defensa de una tesis en la universidad, la exposición de una tarea en tu colegio, una reunión de ideas con tus colegas o si eres docente y estas dando clases a tus alumnos.
Cuando conversamos o nos expresamos, debe haber una relación en todo el contexto de las oraciones que usamos, pues si no hay un hilo conductor que se pueda identificar ni un tema específico, no existe coherencia.
Aprender a expresarte con coherencia hace que el que oye te preste más atención, retenga en su mente lo que quieres expresar, o sea, hace que el mensaje llegue. Esto tiene un efecto gratificante en el que expone una idea y en el que la recibe porque la comunicación fluye y es dinámica.
El secreto del éxito en la comunicación coherente o asertiva sería entonces una armonía entre lo que se dice, el conocimiento en el tema que vas a desarrollar, tu lenguaje corporal, el tono de tu voz y tu actitud.